CAMINANDO POR LA CAÑADA REAL DEL CAMPO ARAÑUELO (I)

Cerca de la provincia de Toledo. Buscando una acogedora sombra. Quien a buen árbol... (foto JCM)

En un anterior post hice referencia al paso de la Cañada Real Leonesa Occidental por el Campo Arañuelo, mientras la dehesa se preparaba para una nueva invernada. Esta vía pecuaria fue una de las más importantes de la trashumancia y cumplía una función principal en el trasiego de los ganados entre las tierras castellano-leonesas al norte de la Sierra de Gredos y los pastos de las dehesas extremeñas durante el invierno (podéis ver más detalles en el artículo "Las vías pecuarias del Campo Arañuelo y su aprovechamiento turístico" que publiqué en la edición en papel de HOY.digital Navalmoral correspondiente al mes de enero de 2015).

Mi hijo Genís en buena compañía, al paso de un
rebaño de merinas por Navalmoral. (foto JCM)

A su paso por Navalmoral, la Cañada es un paisaje familiar. Muchas fueron las veces que atravesamos su anchura mi familia y yo, camino de la piscina municipal, de Talayuela o de la comarca vecina de La Vera. Eso sólo en Navalmoral, porque su trazado serpentea constantemente en torno a la antigua Nacional V, prácticamente desde la ciudad morala hasta culminar el puerto de Miravete, recorrido que reseguimos también en un buen puñado de ocasiones. 

A principios del siglo nuevo, además tuve la gran oportunidad de pasar muchas horas recorriendo los 54,5 km de la Cañada Real Leonesa Occidental a su paso por la comarca arañuela, con motivo de los trabajos de creación de la Red de Senderos del Campo Arañuelo, La Jara y Los Ibores, proyecto gestionado por la Asociación para el Desarrollo del Campo Arañuelo, La Jara y Los Ibores (ARJABOR), dentro del programa europeo de desarrollo rural Leader II, y bajo la dirección del Centro Excursionista del Campo Arañuelo (CECA).

Enseguida apreciamos que este tramo de la Cañada Real debía ser uno de los grandes ejes vertebradores de la Red de Senderos del Campo Arañuelo, la Jara y Los Ibores, de Este a Oeste del territorio, junto con el eje Norte-Sur, que bajo el nombre de "Ruta Norte de Guadalupe" enlaza la comarca de La Vera (puente del Tiétar en el Pinar de Moreno, Talayuela), con la comarca de Las Villuercas, al Sur, por el Collado Llano), tras atravesar la comarca de Los Ibores (otro día dedicaré un post a esta ruta).

El ruidoso paso de las grullas me sorprendió un día de camino por la cañada (foto JCM)

El tramo arañuelo de la cañada fue denominado "Ruta de la Mesta" y enlaza los campos castellanos de Toledo con el Parque Natural de Monfragüe, siendo su recorrido variado, en ocasiones sinuoso y albergando un magnífico atractivo paisajístico, natural, patrimonial e histórico. Y por desgracia, que también, combinado todo ello con zonas muy deterioradas, incluso desaparecidas, por la intervención del hombre, a base de edificaciones, carreteras e incluso usurpaciones de terreno.

Durante aquellas jornadas, tuve la ocasión de recorrer detenidamente todo el tramo de calzada, lo que me permitió descubrir toda su vitalidad y adentrarme en un mundo hasta entonces poco conocido para mí, el de las vías pecuarias.

A decir verdad, disfruté mucho de aquel itinerario, que a cada paso me descubría una nueva sorpresa, una nueva sensación, una nueva ilusión. Caminando por la cañada me acerqué a los grandes misterios casi olvidados que encierra su paso por las grandes dehesas arañuelas, alejada de carreteras y poblaciones, adentrándome hasta el linde con la vecina provincia toledana, donde se halla la otrora estratégica Casa del Venturro. Fueron días de pasear llano y ligero, atravesando las grandes dehesas arañuelas bajo un sol de justicia adornado por aquel ocre intenso de los pastos agostados, o por el contrario de deambular sereno y contemplativo, atendiendo absolutamente a todos los detalles que nos brinda la naturaleza, bajo un tapiz de fresco verde, en el que la persona adquiere la verdadera dimensión de la humildad y la sencillez.

Unos amigos equinos contemplan mi paseo de una mañana de invierno (foto JCM)

También debo decir que me llevé cierta decepción en algunos tramos de la Cañada entre Navalmoral y Almaraz, donde la ruta original se encuentra muy meteorizada por la carretera, construcciones e incluso alguna gasolinera que no llegó a funcionar. Pero a pesar de todo, resulta muy interesante realizar el recorrido completo, que antes de llegar a Almaraz nos acerca a Saucedilla, donde se encuentra el Parque Ornitológico de Arrocampo, en los alrededores del embalse.

El puente de Almaraz (o de Albalat) desde la orilla sur del Tajo, por donde discurre la cañada tras su vado del río (foto JCM)

A partir de ahí, el itinerario nos compensa sobradamente, ofreciéndonos como contrapunto a las llanuras adehesadas un trazado de casi 17 kilómetros de auténtico lujo. Primero, el vado del Tajo por el histórico puente de Albalat (s.XVI, mandado construir por el emperador Carlos V y motivo de numerosas disputas bélicas), con su extraordinario hábitat creado a sus orillas entre el puente y la confluencia con la presa de Arrocampo. Muy cerca, el yacimiento arqueológico de Medina Albalat, actualmente en proceso de estudio y puesta en valor. Y por último, la exhuberante Sierra de Miravete, por la que la Cañada remonta potente sus laderas bajo la atenta mirada de los buitres, águilas y otras rapaces anidadas en sus riscos, al amparo del Parque Natural de Monfragüe. Tras dura ascensión llegamos al puerto de Miravete, punto donde dejamos la ruta, en una zona de descanso acondicionada en el mismo cambio de valle, a pie de la carretera, antes de que la vía pecuaria continúe su camino en pronunciado descenso hacia Jaraicejo y las llanuras trujillanas.

En próximos post, os iré detallando minuciosamente las diferentes partes del itinerario, que nos permite descubrir con toda su rudeza y esplendor una de las principales vías pecuarias, ofreciéndonos un gran contraste de atractivos, paisajes y fauna, en función del tramo y la época en que nos decidamos a caminar por ella.

Juan Carlos Moreno, 19-2-15